En esta ocasión, intentaremos conocer más a fondo algunos de los síntomas que derivan de una de las enfermedades neurodegenerativas más conocidas: la enfermedad de Párkinson.
Si leíste nuestro post sobre párkinson, sabrás que esta enfermedad manifiesta sus síntomas físicos mediante el temblor de algunos músculos que imposibilitan a la persona de realizar movimientos finos y precisos. Sin embargo, seguro que también aprendiste que el párkinson era mucho más. Como sabes, ningún problema físico surge de la nada, ni tampoco permanece aislado tras su aparición; todo está relacionado.
En esta ocasión, vamos a explicar por qué muchos de los pacientes de párkinson sufren, a raíz de su enfermedad, problemas en las vías respiratorias.
¿Sabías que existe una relación directa entre el padecimiento de Párkinson y la deficiencia respiratoria?
Son muchas las personas diagnosticadas de párkinson que experimentan insuficiencia respiratoria, tos y otros trastornos en las vías respiratorias superiores e inferiores. Es común que estos síntomas físicos se manifiesten desde las primeras etapas del párkinson y, además de ser molestos para los pacientes, pueden resultar peligrosos ya que los problemas de respiración pueden evolucionar hacia problemas de deglución, debilitamiento de los músculos respiratorios durante el sueño, obstrucciones, ahogamiento, etc.
En resumen, este trastorno neurodegenerativo afecta al control central de la respiración, de las vías respiratorias periféricas y centrales -enfermedad obstructiva de las vías respiratorias- y de los volúmenes pulmonares -enfermedad pulmonar restrictiva-, así como a los músculos ventilatorios.
¿Por qué el párkinson afecta a la respiración?
La respuesta a esta pregunta se encuentra, de nuevo, en el tronco encefálico. En él comienzan miles de funciones esenciales para la vida. Hablamos por ejemplo de la deglución, las náuseas y, por supuesto, de la respiración.
Teniendo en cuenta que el párkinson es considerado una enfermedad neurodegenerativa, sabemos que el debilitamiento del tronco encefálico se incluye dentro de las consecuencias de la enfermedad. Esta degeneración va a provocar, a su vez, la pérdida de control, en mayor o menor medida, de las funciones que se llevan a cabo en el tronco encefálico. Como ya sabes, la respiración es una de ellas.
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¿No existe una manera de ejercitar la respiración, como si de un músculo débil se tratara, con el fin de ralentizar la pérdida de capacidad pulmonar?
No hay por qué asustarse. Existen numerosos ejercicios que pueden realizarse para ejercitar los músculos respiratorios con tal de mejorar esta función. Con el entrenamiento a través de la respiración podemos ayudar a estimular la función respiratoria desde el tronco encefálico. Así trataremos el problema desde la raíz, en lugar de centrarnos solamente en las consecuencias físicas visibles de una pérdida de capacidad pulmonar.
En escuela Atlantis ofrecemos una formación extensa que te ayudará a comprender cómo funciona tu cuerpo desde las zonas más primitivas. Creemos que la educación neurológica y del movimiento debe contemplar no solo el plano físico, sino los otros tres planos de existencia -emocional, energético y químico-. Mediante la combinación de estos cuatro planos podrás entender tu cuerpo de una manera integral que te permitirá comprender y tratar los problemas como nunca se ha hecho antes. Como has visto, ningún problema físico está aislado. Los problemas respiratorios en el contexto del párkinson se relacionan con un mal funcionamiento del tronco encefálico que, a su vez, podría venir de algún desequilibrio emocional o químico, por ejemplo.
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