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    Si decimos cerebro, probablemente todos pensemos en ese órgano que tenemos en la cabeza y que resulta ser uno de los más importantes a la hora de hablar de creatividad, sentimientos, valores, etc. Es curioso entonces, que el sistema educativo actual, encargado de crear nuevos cerebros independientes e innovadores, lo haga a través de una formación que encasilla a los niños dentro de unas barreras preestablecidas. Asociamos cerebro con estudio, formación, intelecto, normas y reglas; pero olvidamos que el cerebro madura, se estimula y desarrolla a través de cada acción, movimiento, sensación y experiencia que vive.

¿Pretendemos acaso crear seres idénticos, cortados con el mismo molde? Es sabido por todos que cada persona es diferente y que cada cerebro cambia en función de las experiencias de vida del individuo. Así, el pleno desarrollo de la personalidad individual debería ser un objetivo ansiado por nuestro  sistema docente y por la sociedad.

¿Qué podemos hacer para iniciar un correcto desarrollo cognitivo?

Desarrollar la personalidad individual es  poner a disposición de nuestros pequeños aprendices todas las herramientas y situaciones que les permitan descubrir, investigar, equivocarse, solventar problemas… 

¿Cómo funciona el aprendizaje?

Lo primero que debemos saber es que el aprendizaje es que la maduración neurológica del cerebro es ascendente. Es decir, el aprendizaje comienza desde las regiones más subcorticales de nuestro cerebro (relacionadas con los instintos, el movimiento, con las emociones etc.). Posteriormente entra en acción la parte cortical (más superficial), que controla la inteligencia y el plano cognitivo.

¿Cuál es el problema?

Cuando vamos al colegio, normalmente solo trabajamos el plano cortical, es decir, el aprendizaje intelectual puro. Sin embargo, para una buena maduración cortical necesitamos que el proceso de aprendizaje venga desde abajo (trabajando instinto, movimiento etc). Este aprendizaje desde abajo, además de con el juego, puede llevarse a cabo a través de ejercicios concretos que ejerciten nuestros reflejos primitivos.

¿Qué son los reflejos primitivos?

Son movimientos involuntarios que ponen de manifiesto distintos bloqueos a nivel neurológico. Incluso en la edad adulta es necesario tener presente qué reflejos tenemos integrados y cuáles debemos trabajar más.

 Volviendo a la infancia, no debemos olvidar que, desgraciadamente, los niños no disponen de tiempo libre para desempeñar todas estas tareas. Los niños de hoy en día no se aburren. Nunca tienen un momento vacío para sentarse a pensar, enfrentarse a la soledad o al mero aburrimiento, un momento sin estímulos a su alrededor. Llegan del colegio, en el que han estado sentados en las mismas tortuosas sillas durante  horas, escuchando, una tras otra, todas las  lecciones teóricas que tocan y, al terminar, vuelven a estar bajo custodia obligados a finalizar sus deberes,  odiados no por la tarea en sí, sino por la privación de la libertad y autonomía que conlleva.

Descubre nuestro Módulo 1.2 sobre Reflejos Primitivos para saber más.

No odio los deberes, odio no poder moverme y estimular mi cerebro!! 

Si los niños acostumbran a tener siempre algo que hacer y a alguien que les diga qué hacer y cómo hacerlo, el día que de
ban enfrentarse a la realidad de manera independiente se verán abrumados por una nube de miedos e inseguridades. Fomentamos, por confusión, una falta de
“independencia mental”. Creemos que nuestro hijo será más apto por estudiar que por moverse. CRASO ERROR! 

Los niños deben tener la oportunidad de desarrollar sus propias personalidades e imaginaciones de forma independiente. Es importante que el verbo “jugar” no vaya siempre acompañado del verbo “acompañar”. La autonomía y la resolución de conflictos son aspectos que el ser social debe comenzar a trabajar desde la edad más temprana. Un adulto puede ayudar y vigilar, pero es nuestro hijo el que debe enfrentarse a la realidad por sí mismo, como si de un entrenamiento de futbol, baloncesto o tenis  se tratara. 

Plasticidad cerebral

La plasticidad de su cerebro puede verse potenciada mediante el uso de juguetes que dejen hueco a la creatividad y la innovación. Pensamos por ejemplo en la plastilina o en todo tipo de objetos con los que el niño pueda decidir qué crear y cómo crearlo, sin límites. Además, diferentes estudios han demostrado que la actividad lúdica contribuye a la modificación de la estructura neuronal de la corteza prefrontal. Esta zona del cerebro está a cargo de la racionalidad y el desarrollo cognitivo a través de, por ejemplo, el pensamiento y el lenguaje


Tengamos en cuenta que los niños no son el futuro. Los niños son el presente y, como tal, es nuestro deber acompañarles ahora para que el día de mañana contribuyan a un mundo mejor. 

¿Quieres saber más sobre el desarrollo cerebral en la infancia?

En Escuela Atlantis te proporcionamos formaciones que te ayudarán a comprender el cerebro y su funcionamiento desde una visión nueva y más amplia, más allá del plano físico. Creemos que todos los seres somos el resultado de la convergencia entre el plano físico, químico, energético y emocional. Por ello, enseñamos a personas que desean realizar un cambio a entender mejor su cuerpo y el entorno que les rodea. 

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