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El verano es la época perfecta para practicar deporte. El buen tiempo, los días desocupados y las reuniones con amigos crean el clima perfecto para aficionarse a partidas de voleibol interminables o regates de fútbol entre risas y carreras. 

Además de un factor social, la satisfacción después de practicar deporte tiene una explicación en el plano químico. 

¿Por qué sentimos placer después de hacer ejercicio?

La respuesta se encuentra en lo más interno de nuestro ser: Desde distintas partes del cerebro se segregan las misteriosas hormonas. Cada una de ellas provoca un efecto distinto en nuestro organismo. Desde reducir la ansiedad, hasta ayudarnos a ser más felices. ¡Las hormonas son verdaderos antidepresivos naturales!

 

DOPAMINA

Cuando practicamos deporte el cerebro libera dopamina. Esta nos proporciona la sensación de bienestar y euforia que sentimos después de ejercitarnos. Seguro que has experimentado esta sensación. Algunos expertos conocen esta hormona como runner’s high o euforia del corredor. 

Además, si realizamos deporte de manera constante y mantenida en el tiempo la dopamina puede proporcionarnos nuevas ventajas a largo plazo: desde la reducción de la depresión o la ansiedad como la prevención de otros síndromes relacionados con el déficit de dicha hormona. De esta manera, ejercitándonos constantemente conseguimos liberar la tensión de una forma saludable, evitando recaer en otros “antidepresivos” artificiales y perjudiciales como el azúcar, el tabaco o el alcohol. 

 

SEROTONINA

  La serotonina es conocida principalmente por ser la encargada de promover un buen descanso. Es decir, la práctica de deporte de manera continuada nos permite, mediante el aumento de la serotonina, mejorar nuestra calidad de sueño, convirtiéndolo en un descanso más profundo y reparador. 

 

La serotonina también se encarga de regular el apetito. De esta manera, el deporte se ve acompañado por una buena alimentación, completa y saludable. No es coincidencia que el 90% de la serotonina se genere en el intestino; esto refuerza la importancia de una buena digestión para la regulación de la hormona. 

 

ENDORFINA

Al igual que la serotonina, la zona en la que se produce esta hormona nos da indicios de qué función desempeña: Al generarse en el sistema nervioso central, se relaciona con efectos analgésicos y ansiolíticos. Por tanto, el ejercicio frecuente nos permite segregar una mayor cantidad de endorfinas. Esto se traduce en una mejor gestión del dolor y una sensación de relax y paz. 

 

Además, las endorfinas también se asocian con la regulación del sistema inmunológico y la reducción de la inflamación.

 

OXITOCINA

 Por último, al realizar un deporte encontramos la segregación de la oxitocina. Esta hormona, como ya hemos comentado en anteriores posts, nos ayuda a mejorar nuestra relación social con nuestro entorno. Se conoce como la hormona del amor, por lo que su función es mantener nuestros lazos afectivos y sociales. 

Seguramente entiendas a qué nos referimos cuando decimos que los amigos con los que se practica deporte son un pilar esencial a la hora de “engancharse” al ejercicio. Los deportes de equipo o incluso de contacto nos permiten segregar esta hormona y reforzar el sentimiento de unión o el vínculo con nuestros compañeros de gimnasio o de equipo. 

 

¿Conocías la importancia de estas hormonas?

Si todavía no nos conoces, somos una escuela integrativa neurocéntrica. Una de las principales filosofías de la Escuela Atlantis, es que el buen funcionamiento del cuerpo es el resultado de la convergencia del plano físico, químico, emocional y energético. 

Cada uno de los módulos y cursos que te proponemos conlleva aprender este tipo de relaciones, profundizando en ellas y sacándolas el máximo partido. Cada Neurotransmisor activa el cerebro de una manera específica y, saber manejar el cerebro es tener en nuestro poder al jefe que todo lo gobierna.