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Seguramente si mencionamos la sensación de mariposas en el estómago, sabrás a qué sentimiento nos referimos. Probablemente también hayas sentido la cabeza ardiendo cuando te enfadas y, desgraciadamente, sabrás lo que es un corazón roto

No es ningún secreto que las emociones pueden sentirse a nivel físico. Si todavía no nos conoces, somos una escuela integrativa neurocéntrica. En Escuela Atlantis nos encanta encontrar el sentido y la razón a todo lo que nos atañe, correlacionando los cuatro planos de existencia (físico, químico, emocional y energético). Por eso, hoy te hablaremos del estudio realizado por L. Nummenmaa en 2013:

 

¿Qué dicen los estudios sobre la relación cuerpo-mente?

  La investigadora pretendía demostrar la correlación entre cuerpo y cerebro a la hora de sentir emociones. Para ello, realizó numerosas pruebas en las que reunía alrededor de 700 individuos y les pedía que plasmaran en una imagen de un cuerpo humano en qué zonas sentían las emociones (desde las más básicas a las más complejas). Los individuos, pertenecientes a distintas culturas y etnias coincidieron en muchas de sus estimaciones. Así, la investigadora pudo realizar un esquema en el que sitúa estadísticamente a nivel físico las principales emociones:

 

  Este esquema nos resulta especialmente interesante ya que muestra una representación mundial de la correlación que hacemos las personas con nuestros sentimientos y, ¿hay algo más fiable que tu propia sensación y vivencia? ¿hay algo más real que aquello que vives con cada poro de tu cuerpo? 

  Además al igual que una emoción repercute en el cuerpo, el cuerpo repercute en la emoción. Y si toda actividad física proviene de un estímulo en el cerebro

¿Podemos controlar nuestras emociones? 

Por ejemplo, el dolor influye en nuestro estado emocional, pero no debería ser más que una forma en la que el cerebro se comunica con nosotros para indicarnos que no es capaz de integrar cierto tipo de información, LEJOS DE QUE ALGO FUNCIONE MAL O ESTÉ DAÑADO. Asociamos el dolor con un problema al igual que lo hacemos con una emoción, catalogándola de positiva o negativa. Sin embargo, no son más que meros sistemas de comunicación. Así, los bloqueos, lesiones o tensiones musculares, ya sean de origen físico o emocional, son siempre fruto de una mala integración neurológica. 

       Si quieres profundizar en la relación que tiene la emoción en la enfermedad, en el cuerpo, en las lesiones e incluso, cómo son la llave para desbloquear aquellos casos que parecen resistirse con más intensidad pregúntanos y te recomendaremos que curso puede estar más afín a tus intereses, o bien, empieza por el principio… siempre es la mejor opción.